Aquel almuerzo resultó ser toda una catástrofe.
Mi abuela se disponía a hacernos patatas fritas con huevo, (Yuuuummmiiiiiiiiiiii) por lo que puso el aceite a calentar. Entre las idas y venidas de mi abuela a la salita relatándonos a los cuatro fantástico, ya os podéis imaginar, mi hermano acompañado del palote con sus típicas bromas de adolescente al estilo: "Paaaarrrma" (te colocaban toda la mano en la cara posicionada boca abajo con el pulgar mirando hacia el suelo y decían esa palabra,) "La Rosamari, mari manta" (canción inventada por mi hermano, que yo odiaba,) "La Mayte hiede a turco" (otro de sus temitas,) y un sin fin de rabietas que mi prima y yo odiábamos.
Mientras mi abuela daba un sin fin de paseos de la sala a la cocina y de la cocina a la sala, acompañados de sus retahílas, olvidó el aceite que estaba calentándose en la cocina, lo que fue a desembocar en un "fuego." El aceite se había quemado provocando una gran llamarada en el hornillo, la cocina estaba envuelta en humo y mi abuela gritaba: "fueeeeego, fueeeeeego"
Reacciones:
Mi hermano y mi prima Mayte parecía no importarles, seguían sentados en la salita esperando la comida.
"El Palote" se había dirigido al balcón y se disponía a saltar (menos mal que era un primero.)
Yo, bajé escaleras abajo como una exhalación, me fui directa a casa de Nati la vecina de enfrente y mientras intentaba pedir ayudar a grito de: ¡agua y fuego!, la mujer no puedo entenderme de que hablaba, por lo que desistí y volví a casa.
Cuando regresé al piso, "El Palote" seguía en el balcón (quizás tenía vértigo, porque no se tiró,) mi hermano y Mayte seguían sentados y a mi abuela la encontré en la cocina terminando de hacer la comida, vamos que allí no pasó nada.
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