Pequeños placeres de la vida....

Rosa es la personificación de los pequeños placeres, esos que nadie confiesa, esos en los que nadie repara, pero en los que todos caemos. ¿Quién no disfruta con la sensación de meterse en una cama recién hecha? ¿Quién no se siente bien con ropa interior nueva? ¿Quién no es feliz cuando en la radio sin esperarlo suena tu canción favorita? ¿Quién no disfruta poniendo la última pieza del puzle? ¿Quién no se alegra cuando en un cambio nos dan por error unas monedas de más? ¿Quién no se divierte derribando botellas de cristal con piedras? ¿Quién no se siente el mejor cantante del mundo cuando sabe que nadie le escucha? ¿Quién está de mal humor cuando el médico te permite saltarte la dieta y comerte alguna golosina? ¿Quién se enfada cuando a media noche una llamada de la persona que más quieres te despierta para decirte algo bonito? ¿Quién no se alegra de ver que al despertarse en el reloj quedan un par de horas más antes de madrugar? ¿Quién se enfada si el jefe no viene a trabajar? ¿Quién no se distrae con una revista de cotilleos en la consulta de un médico? ¿Quién no se relaja en su rincón favorito sabiendo que nadie sabe donde está? ¿Quién no se para ante el escaparate de eso que tanto deseas y que no sabes si tendrás pero que con solo verlo ya te contentas?...

A Rosa le gusta ver a su padre jugar con su perro, dormir plácidamente, estar en su casa, comer huevo frito con pan, leer libros que la sumerjan en ellos, encontrar dinero que no sabía que tenía, ver películas del género manga, mirar a la gente que conduce mientras ella actúa de copiloto, observar a los mayores bailar en una boda, sentir un olor familiar, la sensación que obtiene cuando algo sale bien, sentir las sabanas limpias recién cambiadas, presenciar una vista hermosa, recordar viejas historias con la familia o amigos cercanos, recibir un cumplido inesperado, tener un ataque de risa, recibir una carta o un paquete por correo tradicional, descubrir que su cuerpo no tiene limitaciones, relajarse al aire libre en un día soleado, ver reportajes de países y animales, hacer que alguien sonría, utilizar el humor negro, mirar a su novio mientras duerme, cambiar de imagen en el espejo de su cuarto, mirar como su barriga se hincha después de haber comido, observar viejas fotos con su madre, reír con su hermano hasta quedarse sin aire, oler su perfume preferido, hundir la mano en un saco de legumbres, rebotar las piedras en el agua, crear un mundo fantasioso en su habitación, escuchar a Yann Tiersen, bañarse en el mar cuando el sol cae y el agua está calentita, estudiar en la biblioteca y observar a las personas, le gusta dibujar, le gusta esconder su mano debajo del gorro de la sudadera de su novio, correr cuando el viento sopla fuerte y creer que vuela, le gusta observar la magia, darle a su perro la comida que ella odia obviando que nadie la ve, escuchar los consejos de su abuela, coger frio en el balcón y salir corriendo a acurrucarse en la estufa, le gusta andar descalza sobre las piedras, ducharse simultáneamente con agua hirviendo y agua congelada, observar con su telescopio la luna, beber la leche recién ordeñada...

En fin, pequeños placeres de la vida...