miércoles, 2 de mayo de 2012

Las batallitas de Dulce VI - "Días de playa"

Son tantas las batallitas que esta mujer ha protagonizado en la playa, que si tuviera que contarlas todas me cerrarían el blog por pesadilla, asique os voy a contar solo algunas.

Desde que éramos pequeños mi hermano y yo solemos pasar las vacaciones con nuestros padres y por supuesto con la Señora Dulce Nombre de María. Algunos veranos (la mayoría de ellos) se unían a nosotros mis tíos y mis primos.

Allí nos teníais que ver, a cual moro cruzando la frontera, con el coche hasta arriba de bártulos, el niño, la niña, el padre, la madre y la abuela, (el perro en ocasiones también venía.) Descargábamos el coche, nos instalábamos en el piso, nos poníamos el bañador y nos íbamos directos a la playa. Pasábamos las 24 horas del día allí, porque si hay una cosa que le guste a mi familia, es estar en la playa. 

Una mañana, tras haber plantado la sombrilla, descargado el regimiento de juguetes playeros, posicionado las toallas y abrir la silla de playa de mi abuela, decidimos meternos en el agua. La marea estaba muy baja por lo que tuvimos que andar un largo trecho hasta la orilla y el mar lucia calmado. 

-Santiaguito, Rosamari, poneros crema que el sol achicharra. -Mi abuela decía.
Aquella mujer gastaba un bote cada día por cada uno de nosotros, razón por la que le he cogido tirria a la crema protectora, eso y porque cuando salíamos del agua e íbamos a jugar a la arena parecíamos "pescaditos rebozados", un asco que ni te cuento.

Pues allí que íbamos, mi hermano, mi abuela y yo a bañarnos. Mi hermano era todo un pececillo en el agua, le encantaba nadar, meterse para lo hondo y a mi me gustaba imitarlo, aunque cuando no daba pie me agobiaba muchísimo y me volvía a la orilla. Aquel día creo que mi abuela quiso enseñarnos lo buena nadadora que es y como vio que el mar estaba en calma, la marea baja por lo que daría pie aun así caminara o nadara 2km mar adentro, se aventuró a demostrarnos su estilo "rana."
Mi hermano y yo nos sentamos en la orilla a mirarla, y ella cada vez se metía más hacia mar adentro, una de las veces en las que nos distrajimos, nos dio por mirar y solo se veía un puntito blanco a lo lejos (su cabeza cana, vaya.) Mi hermano y yo empezamos a gritar a garganta abierta:
-Abueeeeeeeeeeeelaaaaaaaaaaaaaaa vuelve, vuelve.
A lo lejos, muy lejos se le podía escuchar:
-Anda niño callaros, si aún doy pie. -Mi abuela decía.

Claro que daba pie, así iba ella tan agusto mar adentro, a cual sirenita. En lo que no reparó ella es que todo lo que baja, sube, por lo que la marea empezó a subir. Cuando aquella mujer se percató de la situación y empezó a querer volver hacía la orilla, le faltaban brazos y piernas para nadar, y ya ni te cuento cuanta brisa marina le faltaba para respirar. Ya no daba pie, su estilo rana se había vuelto todo un conjunto de mariposa, rana y perrito, con intervalos de "hazte el muerto" para descansar. 
Cuando llegó a la orilla no se lo podía creer, medio ahogada decía:
-¿ Habéis visto lo bien que nado?

Efectivamente nadó como toda una profesional, con todos los estilos posibles. Creo que tardo como hora y medía en volver a la orilla, donde después de demostrárnoslo calló rendida en su silla de playa. Desde entonces cuando se mete en el mar, no da cuatro pasos mas allá.

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Una de las noches tras haber vuelto de cenar por el pueblo playero, tomarnos el helado y caminar por la playa, nos acomodamos en nuestro apartamento.

Yo no se como lo hacían pero a mi siempre me tocaba dormir con mi abuela y mis primos y hermano siempre dormían independientes en otra habitación (sería que yo era la "chica," pero gracias a eso siempre tenía diversión por las noches, con algunas historietas o cosquillas de mi abuela.)

Aquella noche nos disponíamos a dormir cuando de repente justo en la ventana de nuestra habitación música, bullicio, discusiones, luces, etc. interrumpieron el momento "sobre." Aquella fiesta duró hasta la madrugada, por lo que no pudimos dormir apenas nada y claro, mi abuela durante la noche ya había ingeniado su venganza.

Por la mañana bien temprano a eso de las 6:30h de la mañana, mi abuela puso "la aradio" (véase en Vocabulario de Dulce Nombre de María http://lavienroserosa.blogspot.de/2012/04/las-batallitas-de-dulce-v-vocabulario.html ) con una melodía típica de marruecos, vamos lo que viene siendo música árabe. Puso el volumen hasta reventar los altavoces, colocó la radio en la ventana de nuestra habitación hasta que una chica, (esta chica había estado la noche anterior molestando con gritos y discusiones sobre dinero: -dame las mil pesetas, que son mías. -La chica decía una y otra vez en su discusión.) vino a dar quejas. Já, con bonita fuiste a dar nena. Dulce Nombre de María te recordó las mil pesetas de la noche anterior, la fiesta que te montaste y te volvió a repetir a grito pelado que esa mañana te ibas a tener que quedar dormida con la dulce melodía de marruecos, porque hasta que no se fuera a la playa o la radio no se rompiera, así se iba a quedar. Y aquella mujer se quedó más ancha que pancha, comiéndose un melocotón a las 7:00 de la mañana en la marquesina del apartamento.

Obviamente todos apoyamos su grandiosa idea.

2 comentarios:

  1. Hola moriiii, por fin has cambiado el blog jijiji. Bueno, bueno, con la dulce jejeje. Oye, a ver si haces algún vídeo de colonia y lo subes para verte :)

    Un beso!!

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  2. jejejeje. Hecho! A ver si me pongo buena y salgo a la calle =)

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